La piel es un órgano vivo que experimenta cambios significativos durante las diferentes etapas de la vida de la mujer. Desde la piel delicada de un bebé recién nacido hasta las arrugas del periodo final de la vida pasando por la adolescencia.
Nuestra edad biológica y la genética son factores determinantes de los cambios estructurales en la piel.
Con el correr de los años se van produciendo:
- Disminución de los vasos sanguíneos con un suministro de sangre menor, disminución en la cantidad de oxígeno y de nutrientes haciendo que la piel se torne más opaca.
- Menor actividad de las glándulas sebáceas y sudoríparas y una menor capacidad natural de la piel de producir Ácido Hialurónico llevando al debilitamiento de la película hidrolipídica lo que pueden provocar sequedad inducida por la edad y más arrugas.
- La menor producción de estrógeno después de la menopausia, combinada con la menor regeneración celular, afectan la estructura de la piel femenina
Dentro de los factores externos que afectan la piel se mencionan:
- Factores medioambientales: exposición a los rayos UV, cambios climáticos y contaminación del aire.
- Factores del estilo de vida: tabaquismo, alcohol, nutrición, estrés y falta del cuidado adecuado de la piel.
Cada etapa tiene sus propias exigencias y el cuidado de la piel debe reflejar estas necesidades cambiantes. Por eso, recomendamos una hidratación diaria con PerPiel para una piel sana, revitalizada y luminosa.
¿Cuándo empezar a cuidar nuestra piel?
PerPiel te recomienda comenzar con una temprana hidratación de la piel, no sólo para lograr un hábito diario de cuidado, sino también para prevenir resequedad, surcos de envejecimientos, estrías. Una piel hidratada brinda la elasticidad y luminosidad.
A partir de los 20 años, la piel comienza empiezan a aparecer los primeros signos de envejecimiento que se expresan en la piel como líneas finas, disminuye la masa de colágeno y la flexibilidad. A partir de los 25 años la barrera cutánea se debilita cada vez más y se reduce la elasticidad cutánea apareciendo los primeros surcos.
Entre los 40 a 55 años la estructura de la piel va cambiando progresivamente, la epidermis se hace más delgada, pierde elasticidad, la piel se reseca más y aparecen áreas de hiperpigmentación. Se delimitan más los surcos, estrías y las arrugas
En mujeres mayores de 60 años se desacelera la regeneración de la piel volviéndose cada vez más fina, haciéndose cada vez más evidente la pérdida de elasticidad. El menor flujo sanguíneo también provoca una pérdida de luminosidad de la misma. La piel se observa más opaca, las estrías se presentan más profundas. También hay un aumento de la aspereza, sequedad y de hiperpigmentación lo que conlleva a un mayor riesgo de infecciones cutáneas. Todos estos cambios descriptos originan una piel seca, deshidrata, con arrugas y estrías profundas y la cicatrización de las heridas también se ve alterada.
La elección de productos apropiados para proteger, nutrir y reparar la piel en cada una de estas etapas contribuirá a mantenerla sana y asegurará que el aspecto y la percepción de la piel sean de lo más natural independientemente de la edad.
Citas bibliográficas
- Frédéric Bonté, Dorothée Girard, Jean-Christophe Archambault, Alexis Desmoulière: Skin Changes During Ageing. Biochemistry and Cell Biology of Ageing: Part II Clinical Science pp 249-280
- Mark Rinnerthaler , Johannes Bischof , Maria Karolin Streubel , Andrea Trost, Klaus Richter Oxidative Stress in Aging Human Skin. Biomolecules 2015, 5, 545-589; doi:10.3390/biom5020545